A todos nos gusta inventar, ser los primeros en idear algo que no existía hasta el momento. Esto ha ocurrido en nuestro Santuario Colegio: los profesores crearon una nueva palabra para definir un nuevo instrumento: el “coronómetro”. Instrumentos que ya existen y están presentes en todas las aulas.
¿De dónde surgió este gran invento? Surge del anhelo del alma de volver a proclamar a María Reina de nuestro Colegio y demostrarle con hechos nuestro amor.
Bajo el lema: “Que no caiga la corona”, queremos mantener en alto la corona de María, el reino del Amor.
De manera concreta, medimos en una balanza nuestro modo de hablar, que ha de ser enaltecedor: es decir, antes de expresarse, lo que cada uno diga debe pasar tres filtros (tres retos): nos hablamos con educación, con calma y sin enfadarnos.
La corona va subiendo a lo alto cada vez que, en cada cambio de actividad, de asignatura, de lugar, nos evaluamos cómo ha sido nuestro lenguaje y vamos consiguiendo puntos cada día, que muestran nuestra valentía en el esfuerzo de coronar a María.
Cada tiempo de la jornada escolar necesita de nuestra audacia para mantener en alto el Reino, pero también cuando observamos una leve bajada, el amor impulsa a los más grandes esfuerzos.
Esta sana tensión la viven todos los alumnos, desde los de uno a quince años, en los que hay una clara elección de María como Reina y un gran ardor por regalarle lo mejor.
En la fiesta de fin de Curso se premiará a los alumnos y a las clases que hayan conseguido mejor puntuación.
Se siente fuerte la presencia de María. Ella nos necesita a todos para ayudarle a forjar su Reino. Ella sabe cómo arden nuestros corazones y que le entregamos nuestras vidas.
Hna. María Crevillén
Jefa de Formación