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La huella social de un aprendizaje útil


La mayoría de nuestros alumnos tienen muy claro que aprender es útil. Muchos ven interesante lo que aprenden y lo que comparten. Nuestros profesores saben que educan tanto a través de un rato de recreo, en los juegos tras la comida, como en la clase de Ciencias Naturales o en el comedor. Todo, en Nuestra Señora de Schoenstatt, contribuye de forma necesaria al aprendizaje activo. Desde nuestro ideario, aterrizamos al aula los principios pedagógicos del padre Kentenich y por eso consideramos de vital importancia que el alumno se sepa conocido y se sienta querido. Además, creemos firmemente en la evolución positiva del mundo que nos rodea, ese mundo en el que nuestros alumnos, seguro, van a tener un papel preponderante en el futuro.

Los aprendizajes que no se utilizan, se pierden; los conceptos elevados, hay que llevarlos a la realidad del niño, al día a día del adolescente. Desde esta perspectiva, estamos convencidos de que nuestros alumnos deben ir preparándose también a nivel empático para detectar las necesidades del mundo que habitan. Las múltiples carencias del mundo en el que vivimos, hacen que necesitemos enseñarles a leer la realidad, que les acompañemos en el desarrollo de esa mirada hacia los otros. Antes de salir a las periferias, (aquello tan importante a lo que nos anima el Papa Francisco) debemos ejercitar nuestra capacidad de escucha activa y de resolución de problemas cercanos del día a día.

Por todo esto, en el Colegio estamos implantando, en Secundaria, una serie de proyectos de Aprendizaje-Servicio. Es una práctica educativa en la que los alumnos aprenden mientras actúan sobre necesidades reales, con la finalidad de mejorar algo concreto. Esta pedagogía entronca con lo más auténtico y apostólico de la metodología Schoenstatt. En el Aprendizaje-Servicio los adolescentes identifican en su entorno una necesidad social, ambiental, cultural… con la que conectan y se sensibilizan. Sin embargo, no se limitan a sensibilizarse, sino que pasan a la acción, se comprometen a mejorar alguna situación, desarrollando un proyecto solidario del cual se sienten protagonistas.

Por eso el Aprendizaje-Servicio es un proyecto educativo con finalidad social. Es una forma atractiva y empírica de crear algo grande, a partir de los conocimientos adquiridos.  Plantar un árbol donde se necesita es un acto solidario. Investigar las causas de la degradación de un bosque es una actividad de aprendizaje. Comprometerse en su reforestación aplicando lo estudiado, es aprendizaje-servicio.

Todo ello pone en juego conocimientos, habilidades, actitudes y valores. Mediante el Aprendizaje Servicio se activa el ejercicio de todas las competencias del currículo, con énfasis en la competencia social y ciudadana, y en la iniciativa y autonomía personal. Se estimula el esfuerzo, la responsabilidad y el compromiso solidario. Se dota a nuestros alumnos de habilidades para la vida: fortalece las destrezas psicosociales y la capacidad de participar en la vida social de manera positiva.

Dos ejemplos de esta forma de aprender son el puesto de bisutería en nuestro mercadillo navideño y la obra de teatro en la Residencia la Atalaya. En ambos proyectos, los profesores y las alumnas de 1º de la E.S.O. detectan necesidades, se implican unidos, y aplican lo que están aprendiendo a una necesidad concreta y cercana. En el caso del puesto de Hama, se trata de un proyecto transversal, en inglés, en el que las alumnas han desarrollado una empresa de elaboración y venta de artesanía. El objetivo era ayudar a recaudar fondos para la Fundación Duc in Altum. La forma de hacerlo, ideada por ellas mismas, fue darle forma a un proyecto empresarial que estaban realizando en inglés, de manera que tanto el estudio de mercado, como el diseño de las piezas o la memoria de la actividad, se enmarcara dentro de su asignatura Taller de Inglés. Consiguieron aprender y darle forma a un proyecto solidario al mismo tiempo.

En este mes de diciembre, nuestras alumnas debutarán con su obra de teatro “Las Cuatro Velas” en la Residencia de Ancianos la Atalaya, de Pozuelo de Alarcón.Desde el Departamento de Lengua se potencia el teatro y la declamación, y ellas deben aprender, según el currículo de la Comunidad de Madrid, a desarrollar proyectos interpretativos completos en Secundaria. La detección por parte de las alumnas de la necesidad de compañía de algunas personas mayores, que además son nuestros vecinos, hizo que se promoviese este proyecto transversal, que ha conectado saberes y destrezas de Lengua y Literatura, de Plástica, y de Religión, entre otros.

Habrá muchos más proyectos, en distintos ámbitos, pero nuestras alumnas de 1º de la E.S.O. van abriendo camino. Dejan huella positiva, valiente y firme en el mundo que las rodea.

Estas prácticas educativas acercan al alumno al mundo real, y potencian su aprendizaje significativo. En España existe una Red de Aprendizaje-Servicio que nutre de conexiones, ideas y proyectos a muchos centros educativos de Secundaria y Bachillerato y a Universidades. En la Facultad de Pedagogía de la Universidad Complutense se realizan en estos días las III Jornadas sobre Metodología de Aprendizaje-Servicio. Estaremos allí, representando al Colegio y aprendiendo de los mejores en este campo.

El Aprendizaje-Servicio es una apuesta de futuro y una opción de excelencia para nuestros alumnos: favorece el aprendizaje significativo, mejora la motivación y los resultados académicos y promueve su desarrollo personal y social. Además, mejora la convivencia en el aula y favorece la relación entre escuela y comunidad; parte de nuestros valores más profundos y refuerza la acción transformadora que tiene en sí mismo el proceso educativo.

Estamos convencidos de que avanzamos por el camino correcto hacia la responsabilidad social de los alumnos, hacia la excelencia académica, y hacia un mundo cada día mejor, en manos de las generaciones venideras.

 

Comisión de Innovación Pedagógica