Queridas familias, compañeros y alumnos:
Cada 18 de octubre es un día especial, lleno de emociones y que vivimos con gran intensidad.
Es la fiesta que nos recuerda la Alianza de Amor del Padre Kentenich con la Mater y, al mismo tiempo, el latido que sostiene nuestra vida escolar. Para mí, desde ya hace 21 años, no es solo una conmemoración: es la oportunidad de renovar lo que somos y por qué educamos desde la sencillez a nuestras personitas favoritas que confían y aprenden cada día. La Alianza de Amor me enseña a mirar a cada niño con esperanza, a descubrir en lo pequeño la semilla de algo grande y a caminar juntos —familias, colegio y comunidad— con esa confianza que da sentido a lo cotidiano. Cada año, esta celebración nos recuerda nuestro origen y fortalece el sentido de familia y unidad. Nos pone el sello único de nuestro querido Colegio-Santuario de Schoenstatt.
Hemos comenzado la jornada con la eucaristía, como una sola comunidad. Allí, hemos dado gracias por lo recibido y por todo lo que aún está por nacer en nuestros alumnos. Después, cada etapa ha desplegado su propio itinerario festivo. En Infantil, los juegos, la música, los castillos hinchables … han sido un puente para expresar alegría, aprender a cuidarnos y poner palabras sencillas a lo que llevamos dentro. Hemos disfrutado del Proyecto APP (Amigo, Protector, Protegido). Ver a los alumnos de otras etapas acompañar a los alumnos de infantil, y a nuestros pequeños mirar con confianza a los mayores, es la viva imagen de la comunidad que soñamos: unida, alegre y servicial. Entre juegos y alegría, ese espíritu de familia se hace visible entre todos nosotros. Sigamos “renovando nuestra Alianza” en lo concreto y lo sencillo: con palabras que animan, con miradas que acogen y con manos que ayudan. Así, lo celebrado hoy, se convierte en el inicio de un camino a recorrer durante el resto del curso.
Con gratitud y esperanza, pongo bajo el cuidado de la Mater el crecimiento de nuestros niños, para que este espíritu de unidad y pertenencia nos acompañe y nos impulse a seguir educando con el corazón.
Un muchísimo cariño,
Dña. Paula López Escobar
Tutora de 3º infantil